Mi abuelo, que fue camionero, taxista, mecánico, especulador inmobiliario y terminó su vida profesional de auxiliar de biblioteca en la Escuela de Magisterio, solía insitirme en la diferencia que había entre aquellos que sabían “guiar” y “conducir” sus automóviles (así los sigue llamando él).
El que guía, acobardado y pusilánime, bastante hace con mantener el coche entre las dos rayas de la carretera y suele ser el primero que busca el centro de la carretera en cuanto éstas desaparecen. Son esos, los habréis visto, que permanecen rígidos y pegados al volante de sus coches, con la mirada fija a escasos dos metros de la punta de su capó y entienden poco más allá de que la luz roja significa “alto” y la verde “circulen”. Eso y, por supuesto, correr, saben correr porque es lo realmente sencillo una vez que tienes coche, carnet y 500 metros de recta delante.
El conductor, decía mi abuelo, es sereno y generoso. Sabe llevar la vista puesta, en carretera, como un kilómetro por delante de donde van sus ruedas, oye su motor, entiende que necesita una marcha más corta o más larga (la “super directa” le llama él a la quinta, no sé ahora cómo le dirá a la sexta que llevan a algunos coches), facilita el tráfico, sabe que el peatón es débil, mucho más débil y entiende que enseña con su actitud a los que con él van montados en el asiento de atrás.
Y es que, últimamente, no puedo dejar de sacar parecidos entre las múltiples facetas de la realidad y la de nuestras organizaciones, donde un buen conductor haría maravillas:
- Atendiendo al cuadro de mandos.
- Oyendo su motor y dándole lo que necesita.
- Mirando alrededor y adaptando la velocidad de su organización al entorno y a las posibilidades.
- Enseñando con el ejemplo.
- Ahorrando combustible y
- Caminando, caminando la mayoría del tiempo, que no está la cosa para ir en coche a todos lados.
4 October 2010 at 04:49 |
Si es que a algunos les dan el carnet en una “tombola” y muchos o no han ido o se les ha olvidado lo que aprendieron en la auto-escuela.
4 October 2010 at 06:21 |
Lo que pasa Jaime es el otorgamiento de la “licencia de conducción” está desajustado como procedimiento y medio de poner conductores en la calle. Y cambia lo oportuno en la frase para hacerlo coincidir con las personas que deben dirigir las instituciones. El parecido es tremendo.
Y, por supuesto, como en otros ámbitos de la formación, la autoescuela apenas enseña a “guiar”, pero directamente te pone a los mandos de un Jumbo una vez que tienes el papelito. De nuevo, otra vez como en nuestras organizaciones. Y hablo tanto del nivel político como técnico.
4 October 2010 at 06:00 |
Y luego está aquello del “si bebes no conduzcas”, consejo que a algún@s les iría bien pues parece que se han bebido el entendimiento…
Perfiles como los de tu abuelo son lo que se necesitan en las actuales escuelas de negocio.
4 October 2010 at 06:24 |
Gracias Manel, por pasar por aquí. “No te bebas el entendimiento”, lo voy a colgar en todas las puertas de jefes y jefas de la Dipu.
Sobre mi abuelo tendría para escribir un tratado en forma de post. Tuve la suerte de que habló mucho, mucho, mucho conmigo hasta que fui muy mayor. Afortunadamente, sólo recuerdo lo mejor, porque la parte digamos “reaccionaria” me la salto…
17 March 2011 at 12:34 |
Yo recuerdo a un camionero, que tenía muy mala leche por otro lado, que a los primeros les llamaba volantistas y a los segundos chófer. La idea es la misma. La licencia de conducir no te permite a atropellar los derechos de los demás, sino que te responsabiliza de una máquina que hay que controlar.
17 March 2011 at 12:51 |
Gracias por pasarte por aquí Toño.
En realidad el post es más metafórico que explícito sobre conducir, pero tienes toda la razón.
17 March 2011 at 12:59
De nada, es un placer.
Ya he visto las referencias jeje, Mi comentario también pueede contener trazas políticas 😛
11 July 2011 at 07:21 |
más allá del paralelismo que nos has hecho ver, del que estoy de acuerdo, me ha gustado la descripción que haces de las enseñanzas de tu abuelo. Se aprecia el cariño, afecto y admiración que tienes de él. 😉
11 July 2011 at 11:08 |
Gracias por pasar Pedro.
Fue un tipo curioso mi abuelo, sí.