¿Te gusta conducir?

Road

On the road

Mi abuelo, que fue camionero, taxista, mecánico, especulador inmobiliario y terminó su vida profesional de auxiliar de biblioteca en la Escuela de Magisterio, solía insitirme en la diferencia que había entre aquellos que sabían “guiar” y “conducir” sus automóviles (así los sigue llamando él).

Learner

Learner

El que guía, acobardado y pusilánime, bastante hace con mantener el coche entre las dos rayas de la carretera y suele ser el primero que busca el centro de la carretera en cuanto éstas desaparecen. Son esos, los habréis visto, que permanecen rígidos y pegados al volante de sus coches, con la mirada fija a escasos dos metros de la punta de su capó y entienden poco más allá de que la luz roja significa “alto” y la verde “circulen”. Eso y, por supuesto, correr, saben correr porque es lo realmente sencillo una vez que tienes coche, carnet y 500 metros de recta delante.

El conductor, decía mi abuelo, es sereno y generoso. Sabe llevar la vista puesta, en carretera, como un kilómetro por delante de donde van sus ruedas, oye su motor, entiende que necesita una marcha más corta o más larga (la “super directa” le llama él a la quinta, no sé ahora cómo le dirá a la sexta que llevan a algunos coches), facilita el tráfico, sabe que el peatón es débil, mucho más débil y entiende que enseña con su actitud a los que con él van montados en el asiento de atrás.

SCAN DRIVERS

Conductor feliz

Y es que, últimamente, no puedo dejar de sacar parecidos entre las múltiples facetas de la realidad y la de nuestras organizaciones, donde un buen conductor haría maravillas:

  • Atendiendo al cuadro de mandos.
  • Oyendo su motor y dándole lo que necesita.
  • Mirando alrededor y adaptando la velocidad de su organización al entorno y a las posibilidades.
  • Enseñando con el ejemplo.
  • Ahorrando combustible y
  • Caminando, caminando la mayoría del tiempo, que no está la cosa para ir en coche a todos lados.

9 Responses to “¿Te gusta conducir?”

  1. Jaime Says:

    Si es que a algunos les dan el carnet en una “tombola” y muchos o no han ido o se les ha olvidado lo que aprendieron en la auto-escuela.

    • bayaceto Says:

      Lo que pasa Jaime es el otorgamiento de la “licencia de conducción” está desajustado como procedimiento y medio de poner conductores en la calle. Y cambia lo oportuno en la frase para hacerlo coincidir con las personas que deben dirigir las instituciones. El parecido es tremendo.
      Y, por supuesto, como en otros ámbitos de la formación, la autoescuela apenas enseña a “guiar”, pero directamente te pone a los mandos de un Jumbo una vez que tienes el papelito. De nuevo, otra vez como en nuestras organizaciones. Y hablo tanto del nivel político como técnico.

  2. cumClavis Says:

    Y luego está aquello del “si bebes no conduzcas”, consejo que a algún@s les iría bien pues parece que se han bebido el entendimiento…
    Perfiles como los de tu abuelo son lo que se necesitan en las actuales escuelas de negocio.

    • bayaceto Says:

      Gracias Manel, por pasar por aquí. “No te bebas el entendimiento”, lo voy a colgar en todas las puertas de jefes y jefas de la Dipu.
      Sobre mi abuelo tendría para escribir un tratado en forma de post. Tuve la suerte de que habló mucho, mucho, mucho conmigo hasta que fui muy mayor. Afortunadamente, sólo recuerdo lo mejor, porque la parte digamos “reaccionaria” me la salto…

  3. Toño biciclo Says:

    Yo recuerdo a un camionero, que tenía muy mala leche por otro lado, que a los primeros les llamaba volantistas y a los segundos chófer. La idea es la misma. La licencia de conducir no te permite a atropellar los derechos de los demás, sino que te responsabiliza de una máquina que hay que controlar.

  4. Pedro J.Sosa Morales Says:

    más allá del paralelismo que nos has hecho ver, del que estoy de acuerdo, me ha gustado la descripción que haces de las enseñanzas de tu abuelo. Se aprecia el cariño, afecto y admiración que tienes de él. 😉

Leave a reply to bayaceto Cancel reply